
Una contractura es una contracción continuada e involuntaria de un músculo o de algunas de sus fibras, que provoca dolor y tensión constante.
Este estado de tensión mantenida suele generar un círculo vicioso que dificulta la relajación del músculo y mantiene el dolor.
¿Qué sucede en el músculo?
Los músculos están formados por fascículos, fibras musculares y miofibrillas. Cuando la activación coordinada de estas estructuras se altera, el resultado es una contractura que limita la función normal.
Causas más habituales
- Estrés: genera impulsos mantenidos que favorecen la contracción.
- Dolor o daño estructural que desencadena contractura secundaria.
- Intoxicación de tejidos: por estrés o alimentación deficiente.
- Exposición al frío: genera contracción defensiva para producir calor.
- Ejercicio excesivo: causa fatiga muscular y acumulación de desechos metabólicos.
El círculo vicioso
Una contractura puede perpetuarse en un ciclo de dolor, rigidez y limitación de la movilidad que interfiere en la vida diaria si no se trata adecuadamente.
El tratamiento fisioterapéutico rompe este ciclo, alivia el dolor y previene recidivas, permitiendo recuperar la funcionalidad.